Hoy la realidad
social y cultural se refleja en las instituciones y cada vez es más manifiesta
la complejidad del contexto escolar, por tal motivo surge la necesidad de pensar una escuela que se pueda correr del
paradigma tradicional de la homogeneidad, cuyo proyecto se sostenía desde un diseño
curricular cerrado, obligatorio e igual para todos los alumnos , y que se pueda plantear desde el paradigma de la
heterogeneidad, siendo capaz de dar
respuesta a las necesidades de todos los alumnos, es decir, una escuela
que considere, acepte y valorice la
diversidad de su alumnado. Diversidad
concebida como un valor humano y reconocida como un valor educativo y donde las
diferencias sean vistas como una
oportunidad para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje y no como
un obstáculo que hay que evitar.
Hablar de diversidad, nos remite a pensar en las necesidades
educativas especiales. Éstas, son las experimentadas por algunos niños y que requieren de ayudas o recursos que no están
habitualmente disponibles en su contexto educativo para poder acceder al
conocimiento propuesto por el diseño curricular. Estas necesidades pueden surgir por diversidad étnica,
lingüística, sociocultural, cognitiva, subjetiva, por sobredotación, por
discapacidad, etc.
Ahora, ¿cómo dar
respuesta a esta gran diversidad presente en las aulas? ¿Cómo ofrecer, a cada
uno, aquello que necesita para crecer y aprender? Esto sólo se va a lograr si podemos pensar desde la
posibilidad de una propuesta curricular abierta, de base flexible, que posibilite realizar adecuaciones
curriculares, que respete tiempos, formas y modalidades diversas de apropiación
del saber.
Las adecuaciones curriculares son aquellas
modificaciones realizadas a partir del curriculum común necesarias
para posibilitar el acceso y progreso de los alumnos con necesidades
educativas especiales.
Existen diferentes modalidades de adecuaciones curriculares, una
de ellas contempla las adaptaciones de acceso al currículo y alude a “las modificaciones de espacios, a la introducción de recursos
materiales, de comunicación y equipamiento específico para posibilitar el aprendizaje
de los contenidos. En estos casos se procura la necesaria adecuación de las
aulas y de las instituciones a las características de los alumnos”.
Otra modalidad hace referencia a las adaptaciones curriculares específicas.
“Éstas son las modificaciones realizadas
al currículo común para responder a las diferencias individuales. Estos cambios
variarán según las posibilidades de los alumnos. Algunos son adaptaciones poco
significativas que no afectan de manera fundamental lo previsto en el Proyecto
Curricular Institucional ni la programación para el grupo-clase. Estos cambios
pueden incluir las actividades, los materiales a emplear y las estrategias
metodológicas a utilizar. En otros casos, son significativas ya que no sólo
afectan al cómo hay que enseñar y evaluar, sino al qué y cuándo es preciso
hacerlo”.
La adecuación
curricular privilegia las potencialidades del sujeto por sobre sus dificultades
y le permite sostenerse como alumno regular dentro del sistema educativo.
Adaptar una propuesta curricular no es desprestigiarla, empobrecerla ni hacerla
fácil, sino todo lo contrario, supone en claro intento de articular el
currículo al alumno para favorecer la construcción del conocimiento (Borsani,
2007)
Existe una nueva forma
encaminada hacia la escuela inclusiva, que de
alguna manera es superadora a la adecuación curricular, que
la toma y su vez la jerarquiza y que es la diversificación
curricular. Ésta intenta trabajar tanto desde lo heterogéneo como desde lo
común y compartido que se encuentra en el contexto áulico. Diversificar la
propuesta curricular es ir ya al aula ofreciendo al grupo clase la mayor
cantidad de propuestas, ayudas, estrategias, recursos de manera que se
posibilite el aprendizaje de cada uno de los alumnos. Cuanto más se amplíe el
abanico de propuestas para considerar
las necesidades educativas del alumnado, menor será la necesidad de implementar
adecuaciones curriculares.
Se ha avanzado mucho
en el tema de las adecuaciones
curriculares, con suficientes normativas y bibliografía. Éstas han dejado de ser patrimonio exclusivo de los profesionales
especializados y muchos docentes han
comenzado a implementar adecuaciones
permitiendo a sus alumnos comprender un tema, construir un conocimiento o
apropiarse de un saber, sin embargo,
hoy, resta mucho por hacer.
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